Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales https://aronjxld215168.blog-ezine.com/38850497/la-provocación-que-detonó-el-cabezazo-de-zidane